Cuando el presidente Obama se disponga a elaborar su agenda comercial para 2013, debería echar una mirada a las palabras de Ronald Reagan en busca de inspiración:
Cuando los gobiernos se involucran demasiado en el comercio, los costos económicos aumentan y se multiplican las disputas políticas, por lo que la paz se encuentra amenazada. En la década de 1930, un espectro espantoso acechaba al mundo: guerras comerciales y el proteccionismo y, finalmente, guerras reales y un sufrimiento y una pérdida de vidas sin precedentes.
¿Recuerda la frase de la campaña electoral del presidente Obama de que “al-Qaeda está en desbandada”? Bien, pues la incursión terrorista en Bengasi, Libia, del pasado 11 de septiembre, le obligó a tener que tragarse esas palabras o al menos a tener que omitirlas durante el mes de octubre en su letanía de logros de cómo supuestamente había convertido el mundo en un lugar más seguro.
Zero Dark Thirty, la largamente esperada película que relata cómo la CIA rastreó al cerebro de los atentados terroristas del 11 de septiembre, se estrenó el pasado fin de semana en Washington. La película, nominada a los premios Oscar, cubre más de una década, desde el derribo de las Torres Gemelas hasta la incursión contra el complejo de Osama bin Laden en Abbottabad, Pakistán.