Ese era nuestro comandante en jefe en complot con un autócrata antiamericano para embaucar al pueblo de Estados Unidos hasta que sea demasiado tarde. Lo que lo empeora más todavía es que el asunto entre manos (la defensa antimisiles) está relacionado con proteger al pueblo americano frente a países como Rusia.
En un comentario, captado por un micrófono abierto, al saliente presidente ruso Dmitri Medvédev, en Seúl, Corea del Sur, hoy 26 de marzo, el presidente Obama dejó en claro que va a exhibir mayor “flexibilidad” después de su reelección y que será más acomodaticio con las objeciones de Rusia por la expansión de las capacidades americanas de defensa antimisiles. Lo que el presidente Obama estaba esperando era poder tontear a los americanos haciéndoles creer que él haría todo lo posible para defendernos de los ataques de misiles balísticos de aquí a las elecciones de noviembre.
La matanza en Francia nos recuerda que un individuo trastornado, urgido por un deseo terrorista, puede alcanzar un nivel de destrucción que muchas personas trabajando al unísono a menudo no logran. A esta dificultad se enfrentan las unidades de contraterrorismo e inteligencia a la hora de identificar a terroristas conocidos como “lobos solitarios” o terroristas que operan solos.
A ver si finalmente los políticos de ambos partidos entienden que no pueden seguir gastando indefinidamente. Allí está el problema, no en la poca recaudación. Estados Unidos está a punto de convertirse en el país que cobra el impuesto sobre sociedades más alto del mundo. Después de décadas de esta equivocada línea de actuación, estamos endeudados hasta las orejas, pero lo peor es que, egoístamente, estamos arruinando el futuro económico de las nuevas generaciones. Es hora de cambiar o el Sueño Americano será historia.