Para nadie es un secreto en América Latina que diversos grupos de activismo radical de izquierda se encuentran cercanos en el terreno ideológico a la postura antioccidental del terrorismo islámico. Infestados por el pensamiento altermundista, neoindigenista y anticapitalista, los principales grupos de izquierda del continente encuentran eco en los discursos de la Hermandad Musulmana de Egipto o en las acciones asesinas del Estado Islámico del Levante (EIIL).
Al mirar el continente americano podemos ver cómo muchos de los países que la componen han comenzado, o ya han caído, en el populismo, ideologización y demagogia, lo cual plantea un gran desafío para quienes creemos en la promoción de la libertad, el gobierno limitado y la responsabilidad individual ya que su resultado es la prosperidad.
Pero, ¿por qué países que en el siglo XIX inicialmente se inspiraron en el liberalismo clásico acabaron en estas circunstancias?
La dura realidad es que Venezuela es un país que padece por la falta de libertad económica. Venezuela se encuentra en serios aprietos debido a un gobierno que no solo ha sobrepasado sus competencias en materias económicas sino también ha fracasado en crear un marco institucional donde todas las libertades — ya sea la libertad de propiedad, libertad de expresión, libertades políticas — se encuentran atacadas.