Justo cuando el “Team Obama” está tratando de que nos sintamos felices y contentos con nuestras relaciones con Irán, debido al “progreso” percibido en el acuerdo nuclear provisional (aunque no esté cerca de ser definitivo), va Teherán y lo destroza con algunos actos, digamos, “odiosos”. Vaya Día de San Valentín nos dieron.
El acuerdo al que llegó ayer la administración Obama en las conversaciones de Ginebra es un acuerdo repleto de fallas que se arriesga a reducir la presión de las sanciones contra Irán durante los próximos seis meses a cambio de unas promesas iraníes fácilmente reversibles, algunas de las cuales ya las hizo anteriormente Irán, aunque luego las incumplió. El acuerdo exige que Irán ponga freno a algunas, no todas, de sus actividades nucleares durante los próximos seis meses a cambio de una reducción de las sanciones por valor de alrededor de $7,000 millones.