Los recientes apagones en la India pueden servir de lección para Estados Unidos en relación a la amenaza de un ataque de pulso electromagnético (EMP). Las fallas de energía sumieron en la oscuridad a más de 600 millones de personas, convirtiéndose en el mayor caso de falla energética del mundo y afectando a más del doble de la población total de Estados Unidos.
AQI había sido gravemente diezmada por las fuerzas de seguridad iraquíes y de Estados Unidos en una campaña de contraterrorismo intensiva desde 2006 hasta 2011. Pero la resistente organización terrorista ha revivido y ha crecido con fuerza después de la retirada de las tropas de Estados Unidos en diciembre de 2011. Los analistas de la Fundación Heritage advirtieron repetidamente de que uno de los impactos negativos de la retirada repentina de Irak de las fuerzas armadas de Estados Unidos sería una disminución de las iniciativas contraterroristas contra AQI.
Parte del problema es la tentación de convertir la experiencia de los militares en una narrativa: guerra buena, guerra mala, amar a las tropas, odiar la guerra. Deberíamos rendir homenaje a las fuerzas armadas por su servicio y su sacrificio independientemente de nuestra opinión política. Y no deberíamos calcular cuánto nos importan en relación con lo que hace el gobierno. Nuestros hombres y mujeres de las fuerzas armadas son nuestros. Proceden de nuestros barrios. Lo que hagamos es lo más importante de todo.