Una fascinante paradoja emerge a raíz de las noticias de que este domingo fuerzas especiales de Estados Unidos mataron al cerebro terrorista Osama bin Laden en una incursión magníficamente bien planeada y ejecutada en Pakistán. Es muy legítimo que la administración Obama celebre la victoria más importante de la guerra contra el terrorismo global que lleva ya 10 años, disfrutando de la gloria de la justicia contra un hombre que planeó el asesinato de casi 3.000 inocentes, la mayor parte de ellos eran ciudadanos americanos pero también hubo ciudadanos de …