Dos investigadores pertenecientes a la Comisión de Evaluación de la Amenaza de un Ataque de Pulso Electromagnético (EMP) contra Estados Unidos, ordenada por el Congreso en 2010, defienden el punto de vista de proteger a Estados Unidos frente a un posible ataque EMP por parte de terroristas o de algún estado paria mediante armas nucleares y cuyas consecuencias serían catastróficas.
El pasado 16 de octubre, Boeing y la Fuerza Aérea de Estados Unidos hicieron historia al realizar con éxito una prueba de lanzamiento de un nuevo misil con capacidad para perturbar o inutilizar los sistemas electrónicos de un enemigo de forma remota, a la vez que se causan pocos o ningún daño colateral.