Aunque hubo conmemoraciones oficiales del 11 de septiembre de 2001 y los americanos volvieron a llorar y a honrar las vidas perdidas hace 12 años, no debemos olvidar a los que perdieron la vida en Bengasi, Libia, hace ahora un año, porque el 11 de septiembre también marca el aniversario de la muerte del embajador de Estados Unidos en Libia, Christopher Stevens así como de Sean Smith, Glen Doherty y Tyrone Woods.
¿El plan de Obama de atacar Siria defiende el interés estratégico de Estados Unidos? ¿Es verdad que a menos que ataquemos a Siria, las armas químicas podrían ser utilizadas de algún modo contra nosotros o nuestros aliados? ¿Es cierto que la credibilidad de Estados Unidos está realmente en juego? ¿Y el ataque planeado cambiará sustancialmente el balance de poder en el conflicto, según se requiere en la propuesta de resolución del Congreso?
La forma de hablar sobre el terrorismo del presidente de Estados Unidos es muy importante. Como expuso recientemente el presidente del Comité de Seguridad Interior de la Cámara, el representante Michael McCaul (R-TX), “Los grandes líderes no les dicen a sus electores lo que quieren oír; les dicen lo que necesitan saber… El pueblo americano merece poder tomar decisiones bien fundamentadas y que no se les oculten las verdaderas amenazas ni minimizar nuestros verdaderos empeños por combatirlas”.