Washington es conocido por filtrar el último día laborable de la semana las noticias que no quiere que se examinen demasiado a fondo. De modo que el pasado viernes era el momento adecuado para que la Oficina del Director Nacional de Inteligencia (ODNI) hiciera pública una declaración acerca de los conflictivos informes de la administración Obama sobre el ataque que acabó con la vida del embajador de Estados Unidos en Libia.
Un Estados Unidos más pobre, más pequeño, más humilde y menos influyente, esa es la visión de Estados Unidos que sostiene Barack Obama según el escritor Dinesh D’Souza, que disertó el pasado jueves en la Fundación Heritage acerca de su nuevo libro sobre el 44º presidente de la nación: Obama’s America: Unmaking the American Dream (El Estados Unidos de Obama: Deshaciendo el sueño americano).
Comparar el impacto del presidente Obama en asuntos de política exterior con el impacto del expresidente Jimmy Carter también se ha puesto de moda.
Carter mostró debilidad con los enemigos de Estados Unidos y muchos (viendo que la Casa Blanca era blanda y Estados Unidos una potencia en decadencia) aprovecharon cada oportunidad que tuvieron para insultar, ignorar, avergonzar y abusar de la imagen del Tío Sam.
El discurso del vicepresidente Joe Biden en Nueva York la semana pasada reflejó el hecho de que el historial de política exterior de la administración Obama así como la Doctrina Obama son tan débiles que no ofrecen mucho material para mostrar en año electoral. El nivel de la falta de honestidad del vicepresidente Biden es asombroso. Tan deshonesta como su defensa a la trayectoria de Obama fue la caricatura del historial republicano que pintó el vicepresidente.