Estados Unidos aún tiene tiempo para enderezar el rumbo que lo lleva al abismo. La receta es simple: Hay que dejar de gastar más de lo que se ingresa y comenzar a amortizar la deuda ya. La Fundación Heritage tiene un plan para restaurar la prosperidad económica de la nación: Para Salvar el Sueño Americano. Y en él se especifican una serie de soluciones para acabar con el caos económico que amenaza nuestro futuro.
Como un reloj, el presidente ha vuelto a su solución política favorita: subir los impuestos. Cuando los precios del combustible subieron, pidió mayores impuestos sobre las compañías petroleras. Cuando quiso tratar de crear empleos, pidió mayores impuestos para pagar el gasto de los estímulos económicos. Cuando la atención médica necesitó un arreglo, pidió mayores impuestos para financiar Obamacare. Si el presidente Obama quisiera de verdad ser justo, buscaría una reforma fiscal como la del “Nuevo Impuesto Único” de la Fundación Heritage, incluido en su plan Para Salvar el Sueño Americano.
Hemos visto los resultados de esa teoría en la dirección a la que Estados Unidos se dirige. Incluso el presidente reconoce que el país está en graves aprietos, aunque rehúsa aceptar que él tiene el privilegio y la responsabilidad de hacer algo al respecto. Y desgraciadamente, a pesar de que él tiene el poder de ayudar a sacar al país de su crisis fiscal, constantemente ha rehusado hacerlo. Sin embargo, está criticando a aquellos que están tomando la iniciativa con soluciones reales para el pueblo americano.
Los precios suben cuando hay inseguridad en el mercado sobre la continua disponibilidad del combustible que la nación necesita para operar. La cosa es ideológica, el credo verde del presidente es invertir en industrias que siguen siendo poco rentables e ir diciendo medias verdades como por ejemplo que incrementar la producción de petróleo lleva demasiado tiempo y no impactaría en el mercado durante al menos una década.
El plan Para Salvar el Sueño Americano de la Fundación Heritage ofrece un plan de acción que todas las propuestas presupuestarias deberían seguir: Cambiar y simplificar el código tributario, reducir el gasto burocrático y regulador así como comenzar a reformar Medicare, el Seguro Social y Medicaid, de modo que aquellos que más lo necesiten puedan contar con ellos. Es una buena señal que las voces conservadoras en Washington estén proponiendo ideas para ayudar a impedir el desastre fiscal de Estados Unidos. Ahora es el momento de que el Congreso obre en consecuencia.