Respaldar organizaciones internacionales no carece de consecuencias. Es una carga, aunque a veces es una carga que vale la pena. Pero negarse a reconocer las limitaciones de las organizaciones internacionales y su potencial para causar daños perjudica al pueblo americano que a menudo paga por la mayor parte de las actividades de organizaciones internacionales, tanto por las beneficiosas como por las perjudiciales.
Y eso hicieron los Fundadores, creando un sistema que ha funcionado durante más de 200 años. Es un sistema que reconoce la libertad y la seguridad como amigas, no como rivales la una de la otra. Es importante que los americanos reconozcan hoy que, al ir cambiando el mundo, deberemos adaptarnos si queremos continuar conservando tanto la libertad como la seguridad.
Esa obligación es tan importante ahora como lo era hace 70 años cuando Estados Unidos se enfrentó a uno de sus mayores desafíos. Tal como se hizo entonces, el Congreso y el presidente deberían garantizar que el gobierno federal cumpla con su responsabilidad hoy en día y financie plenamente a nuestras fuerzas armadas.
Hoy en día, la libertad económica todavía depende de la fortaleza de las instituciones de seguridad nacional de América. Estados Unidos debe reconsiderar seriamente su compromiso con el Tratado sobre Derecho del Mar que socava la soberanía del país al interferir con las operaciones de la Marina de Estados Unidos en alta mar y podría costar billones de dólares en ingresos perdidos. La capacidad de la Marina de Estados Unidos para proteger la libertad de los mares hoy en día sigue siendo de vital importancia a medida que las tensiones en el Mar Meridional de China siguen creciendo.
Una cosa está clara a raíz del debate de la pasada noche: Estados Unidos se enfrenta a significativos desafíos en política exterior y seguridad nacional e incluso se debería prestar más atención a estos asuntos en la campaña presidencial de 2012. La Fundación Heritage se siente orgullosa por la oportunidad de haber trabajado con el AEI y la CNN para traer estos asuntos a la arena pública y promover un debate ponderado entre los candidatos republicanos.