Una cosa es que el presidente profese su amor por Israel, especialmente en año electoral. Pero ya es otra cosa que haga algo significativo en respaldo de esas palabras. Durante demasiado tiempo, el presidente ha adoptado la filosofía de la “Doctrina Obama”: su proyecto para embelesar a los enemigos de Estados Unidos mediante el acercamiento, mientras volvía la espalda a aliados como Israel, que necesitan el apoyo de América.
Una cosa es que el presidente profese su amor por Israel, especialmente en año electoral. Pero ya es otra cosa que haga algo significativo en respaldo de esas palabras. Durante demasiado tiempo, el presidente ha adoptado la filosofía de la “Doctrina Obama”: su proyecto para embelesar a los enemigos de Estados Unidos mediante el acercamiento, mientras volvía la espalda a aliados como Israel, que necesitan el apoyo de América.
Se podría decir que el presidente Obama jamás ha visto una subida de impuestos con malos ojos, ya sea dejar que los recortes de impuestos de 2001 y 2003 expiren, insistir en mayores impuestos para los creadores de empleo y, como ayer, apelar al Congreso para subir los impuestos a la industria petrolera. Pero con todo lo que el presidente quiere subir los impuestos, la Fundación Heritage ha descubierto que hay incluso más subidas de impuestos ocultas en su presupuesto, sumando un total de $2 billones en mayores impuestos.