El presidente Obama ha empezado a “evolucionar” en sus posiciones sobre varios temas normativos al mostrar las encuestas que está codo a codo con Mitt Romney. Su más reciente cambio radical de opinión restablece un popular programa de bonos escolares para los niños necesitados en Washington D.C. después de haberle quitado su financiación.
Para abordar cualquier repercusión financiera europea que pudiera afectar a Estados Unidos, tenemos que dejar de adoptar las mismas políticas que usan los europeos. El Congreso y el presidente deberían poner freno al gasto federal inmediatamente y por iniciativa propia en vez de, a fin de cuentas, verse obligados a hacerlo, como les ha ocurrido a los países de toda Europa. Deberían declarar un alto el fuego regulador y desactivar la amenaza del “Armagedón Fiscal”.
Y en lo que respecta a la amenaza de subir los impuestos a la clase media, el presidente no necesita buscar más allá de las leyes que ya están implantadas. Si realmente quiere impedir una catastrófica subida de impuestos a los trabajadores americanos, la solución es impedir el “Armagedón Fiscal”. Esta es la realidad.
El presidente Obama, a la vez que quiere reducir el uso de los combustibles fósiles, quiere usar los subsidios y los mandatos para aumentar la proporción de energías renovables. El presidente continúa presionando para incrementar los subsidios a las energías renovables a pesar del hecho de que subsidiar tecnologías poco rentables es un derroche y una pérdida económica. Por no mencionar que fomenta el capitalismo clientelista y la dependencia del gobierno.