El primer presidente de Estados Unidos, el general George Washington, advirtió así a sus conciudadanos: “Si deseamos asegurar la paz, uno de los más potentes instrumentos de nuestra creciente prosperidad, deberá saberse que estamos preparados en todo momento para la guerra”. Pocos son los que hoy en día se dan cuenta de esta conexión directa. Al paso que vamos, la preparación de la que hablaba Washington es cada día más endeble – y el enemigo lo sabe.
El portavoz de la Cámara de Representantes John Boehner advirtió de que si el Congreso no toma medidas pronto, “Vamos a tener este caos totalmente estancado hasta después de las elecciones. ¿Y quieren hablar acerca de un desastre total? Aquí se está hablando de uno muy grande”. Tiene razón. El pueblo americano no puede afrontar los $494,000 millones del desastre total que supone el Armagedón Fiscal y este verano es el momento oportuno para que el Congreso haga algo para impedirlo.
Las escaleras (ya sean reales o como símbolo de oportunidad) no impulsan automáticamente a todo el que se sube a ellas. Sólo aquellos que se esfuerzan por escalar alcanzan la parte superior. Cuando el presidente Obama habla de las escaleras de la oportunidad y del éxito, realmente parece tener en mente unas escaleras mecánicas: la gente simplemente se sube y todos llegan al mismo lugar sin esfuerzo.