Como muestra el Gráfico de la semana, los americanos se enfrentan a la perspectiva de masivos incrementos de impuestos.
Si el 2001 y 2003 las reducciones de impuestos vencen el 31 de diciembre de 2012 y los americanos de clase media tiene que pagar el impuesto mínimo alternativo (AMT), los impuestos alcanzarán niveles sin precedentes. El presupuesto del presidente también aumentaría la carga fiscal global, aunque se extiendan los recortes de impuestos de Bush.
Incapaces de convencer a los americanos de que un nuevo estímulo de medio billón de dólares a pagarse con nuevos impuestos sea una buena idea —ni siquiera convencen a sus correligionarios del Partido Demócrata— ahora intentan que se apruebe subrepticiamente al menos una parte, empleando una narrativa simpaticona – pero falsa.
El Senado empezará hoy a valorar la propuesta de 860 páginas presentada por Harkin para reescribir la Ley de Educación Primaria y Secundaria (ESEA). El proyecto representa añadir más regulaciones y más burocracia a los distritos escolares locales, manteniendo el statu quo de la reforma educativa dictada desde Washington. Y el problema es que el Senado no ha tenido tiempo para examinar en detalle la legislación que se propone, no digamos ya para oír las voces de aquellos a los que busca controlar.
Pero la política que los manifestantes de Ocupar Wall Street están proponiendo —así como su rechazo del sistema capitalista— no hará que la economía mejore para los 14 millones de americanos desempleados ni para todos aquellos con problemas debido a esta economía estancada. De hecho, muchas de las exigencias de los manifestantes son claramente peligrosas y nos alejarían más de su declarado objetivo de mejorar las condiciones económicas para “el 99%”.
Doug Schoen sobre el Movimeinto Ocupar Wall Street: Lo que une a la gran mayoría de los manifestantes –independientemente de su edad, nivel socioeconómico o educación– es un profundo cometido a la política de izquierdas: su oposición al capitalismo de libre mercado y el apoyo a la redistribución radical de la riqueza, la intensa regulación del sector privado, y las políticas proteccionistas para evitar que los empleos de Estados Unidos se vayan al extranjero.