Según David Kramer, el presidente de Freedom House, Putin ya ha perdido en tres formas: 1) Al perder su pretensión de legitimidad, algo obvio después de las protestas masivas, así como por su incapacidad de obtener la mayoría en las recientes elecciones a la Duma, 2) porque el temor que permitió a Putin seguir adelante con su política autoritaria está disminuyendo, y 3) por la pérdida de su aura de invencibilidad política.
Una cosa es que el presidente profese su amor por Israel, especialmente en año electoral. Pero ya es otra cosa que haga algo significativo en respaldo de esas palabras. Durante demasiado tiempo, el presidente ha adoptado la filosofía de la “Doctrina Obama”: su proyecto para embelesar a los enemigos de Estados Unidos mediante el acercamiento, mientras volvía la espalda a aliados como Israel, que necesitan el apoyo de América.
Mientras otros países, como China, invierten cada vez más en sus recursos de defensa nacional, Estados Unidos parece haberse decidido a renunciar a su poderosa ventaja en este terreno. Como afirmó en 1790 el primer presidente de la nación, el general George Washington, “el medio más eficaz para preservar la paz” es “estar preparados para la guerra”. La pregunta hoy es, si con la política de defensa de la administración Obama, nos estamos autodesarmando.
Ya que el tramo de oleoducto, de 485 millas de longitud y que va desde Oklahoma a Texas, se puede construir sin aprobación presidencial, el actual respaldo del presidente no sirve de nada. El presidente Obama no merece reconocimiento alguno por el impulso económico y laboral que producirá en Estados Unidos este proyecto de $2,300 millones y que prevé la creación de 4,000 puestos de trabajo.
Se podría decir que el presidente Obama jamás ha visto una subida de impuestos con malos ojos, ya sea dejar que los recortes de impuestos de 2001 y 2003 expiren, insistir en mayores impuestos para los creadores de empleo y, como ayer, apelar al Congreso para subir los impuestos a la industria petrolera. Pero con todo lo que el presidente quiere subir los impuestos, la Fundación Heritage ha descubierto que hay incluso más subidas de impuestos ocultas en su presupuesto, sumando un total de $2 billones en mayores impuestos.