Para que el nuevo Sueño Americano de la izquierda cumpla con su promesa, Estados Unidos tendría que se completamente revisado y el carácter de sus ciudadanos alterado. Los ciudadanos enérgicos, emprendedores y decididamente autosuficientes imaginados por los Fundadores de nuestra república constitucional darían paso a unos clientes tímidos y envidiosos que mirarían cada vez más hacia un estado omnipotente en busca de su bienestar. Y ese es un futuro que no nos podemos permitir.
Desde 1947, Estados Unidos se ha mantenido como el poder aéreo dominante de los cielos del mundo. Pero la nación se encuentra ahora en un momento crucial. Si el Congreso no revoca las reducciones presupuestarias de la administración, se pondrá en riesgo el poder aéreo de Estados Unidos. Y la seguridad nacional descansa en la continua capacidad de nuestras fuerzas en tierra, mar, aire, el espacio y el ciberespacio. Por tanto, no nos podemos permitir que ninguna de estas fuerzas desaparezca.
Recordemos hoy que tenemos la oportunidad de volver a dedicar este país a la Constitución y a los principios universales de libertad que conforman sus fundamentos. Igualmente, podemos y debemos dedicarnos al duro trabajo de restituir el autogobierno constitucional y así conservar el Sueño Americano para todos.
La cuestión a la que nos enfrentamos hoy en día es si el federalismo está vivo todavía en nuestra actual república. ¿Pueden el tamaño y el alcance del gobierno nacional ser devueltos a los límites constitucionales? ¿Qué pueden hacer los estados para frenar la expansión invasiva del gobierno central en áreas de tradicional control estatal? ¿Cuán peligroso es esto para nuestra supervivencia en el tiempo como nación soberana?
Las muertes en Bengasi, Libia, del Embajador de Estados Unidos en Libia y de otras personas al servicio de Estados Unidos nos proporcionan un trágico recordatorio de los grandes sacrificios que los diplomáticos, las fuerzas armadas y el personal de inteligencia de Estados Unidos que sirven en el extranjero, hacen para defender a Estados Unidos y sus intereses en todo el planeta.