Transcurrido medio siglo del nacimiento en bloque de estos movimientos marixistas en América Latina, suele olvidarse su acción y se ha establecido una especie de “verdad oficial” al definirlos como grupos de “jóvenes idealistas” que no necesariamente instauraron el terror asesinando, destruyendo y aterrorizando a la población civil, que en su inmensa mayoría, aspiraba a convertirse en países prósperos, libres y en paz.
Se suele distinguir entre dos corrientes liberales claramente marcadas ya desde el siglo XVIII, a saber, la francesa, de carácter racionalista y centrada en las formas políticas, y la inglesa, de carácter evolutivo y centrada en las ideas jurídicas de protección a las libertades y bienes individuales de las personas.