Desde ayer, el impuesto sobre sociedades de Estados Unidos que es del 39.2 % ocupa el primer puesto en el mundo entero, ganándole a Japón que recientemente bajó su impuesto del 39.5% al 36.8% (el impuesto sobre sociedades de Estados Unidos incluye el 35% de la tasa federal más la tasa promedio adicional de los estados). Esto está bastante por encima del 25% de promedio de otras naciones desarrolladas.
Por si se lo perdió, ayer tuvo lugar una representación increíble en el Senado de Estados Unidos. Los progresistas dieron un espectáculo típico de un año electoral, alentados por el mismísimo presidente Barack Obama, y con el que intentaron imponer mayores impuestos sobre la industria petrolera como castigo por sus ganancias mientras que los precios del combustible están en su máximo histórico.
Pero sea que ratifique o derogue Obamacare, todo o en parte, la Corte no tiene la última palabra sobre este tema. Esta recae en última instancia sobre el pueblo americano, a través de sus representantes en el Congreso, para que decidan el futuro de la atención médica en Estados Unidos y si el gobierno federal actuará dentro de sus límites constitucionales. Obamacare debe ser totalmente derogada.
El plan Para Salvar el Sueño Americano de la Fundación Heritage ofrece un plan de acción que todas las propuestas presupuestarias deberían seguir: Cambiar y simplificar el código tributario, reducir el gasto burocrático y regulador así como comenzar a reformar Medicare, el Seguro Social y Medicaid, de modo que aquellos que más lo necesiten puedan contar con ellos. Es una buena señal que las voces conservadoras en Washington estén proponiendo ideas para ayudar a impedir el desastre fiscal de Estados Unidos. Ahora es el momento de que el Congreso obre en consecuencia.
Ese era nuestro comandante en jefe en complot con un autócrata antiamericano para embaucar al pueblo de Estados Unidos hasta que sea demasiado tarde. Lo que lo empeora más todavía es que el asunto entre manos (la defensa antimisiles) está relacionado con proteger al pueblo americano frente a países como Rusia.