No poco revuelo ha causado la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de conminar a todos los estados de la Unión a que integren en sus respectivos ordenamientos el matrimonio homosexual o eliminen las prohibiciones expresas de ese tipo de matrimonio. Pero desviándonos del debate respecto de la justicia o necesidad del matrimonio homosexual, he notado que en toda la discusión provocada no se ha tocado mucho un punto cuya relevancia trasciende a este caso: el régimen constitucional.
El objetivo del Estado Islámico es expandirse por el mundo musulmán hasta que todos los creyentes estén bajo su mando. Los terroristas de al-Bagdadi siembran el pánico allí donde ejercen su dominio. Las ejecuciones sumarias de los que se oponen a sus mandatos y las campañas de exterminio de infieles son dos de sus características más espantosamente célebres.
En general, la visión de Francisco es la de alguien que rechaza el mercado y sospecha de las virtudes de la propiedad privada, o lo subordina todo a un inasible bien común, como sostiene la Doctrina Social de la Iglesia, un curioso cuerpo doctrinario, a veces contradictorio, en el que se trenzan los planteamientos económicos, los dogmas religiosos y los juicios morales.
Las deficiencias de los sistemas educativos públicos son observables en todo el mundo. El pasado 14 de febrero The Economist publicó un artículo titulado Those Who Can en el cual se revela que muchos profesores mexicanos heredan sus puestos de trabajo, que la cuarta parte de los profesores indios sufren de una ausencia laboral crónica y que en Nueva York es casi imposible despedir a un profesor, incluso a aquellos que hayan sido sorprendidos robando en el interior de las escuelas.
Una cosa es la exhortación moral del Papa a cambiar personalmente nuestro modo de vida para preservar la casa común y otra muy distinta sus erróneas conclusiones políticas, basadas en la letanía ecologista y no en la ciencia, y en una visión muy peronista de la economía, como ya se pudo observar en su anterior encíclica. Y no hay más que mirar a la Argentina un poco por encima para ver a dónde llevan esas ideas.