“El matrimonio existe para unir a un hombre y a una mujer como marido y esposa para que sean padre y madre de cualquier hijo que produzca su unión. Se basa en la verdad antropológica de que hombres y mujeres son distintos y complementarios, en el hecho biológico de que la reproducción depende de un hombre y de una mujer y en la realidad social de que los hijos necesitan a una madre y a un padre”.
Mientras los miembros del Congreso están discutiendo sobre dejar de financiar ciertas partes de Obamacare, a los estados ya les ha llegado la hora de la verdad. Los gobernadores y las asambleas estatales están teniendo que tomar decisiones muy complicadas para poder establecer los sistemas especializados de atención médica del gobierno y ampliar el programa de Medicaid.
A primera vista, el presupuesto desvelado hoy por el presidente del Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes Paul D. Ryan (R-WI) propicia las tan necesitadas reformas y consigue de una manera importante el objetivo vital de balancear el presupuesto en el plazo de una década, aunque en esto dependa parcialmente de las subidas de impuestos de Obama. No se trata de una solución milagrosa, sino de un presupuesto estático, en lugar de ser un plan audaz que se base en reformas de años anteriores.
Ayer, al alcalde-niñera de la ciudad de Nueva York, Michael Bloomberg, le dieron con palo – muy merecido, por cierto. Un juez de la Corte Suprema de Nueva York dictó sentencia en contra la imperial orden de Bloomberg prohibiendo la venta de refrescos y otras bebidas azucaradas en recipientes de gran tamaño. Una prohibición prevista a entrar en vigor hoy martes.
Los hackers chinos se han infiltrado en Skype, el popular servicio de mensajería por Internet. Los piratas informáticos han modificado su funcionamiento, de modo que todos los programas de Skype instalados en computadoras chinas tienen unos sistemas de teclado que identifican cuándo los ciudadanos utilizan palabras prohibidas…
La historia nos ha enseñado a través del tiempo y de las víctimas de injusticias toleradas en nombre del “bien común” que un gobierno demasiado poderoso es capaz de cometer atrocidades y abusos incluso en contra de su propia gente. Sin embargo, tampoco debemos olvidar los peligros de un Estado sin orden, sin leyes y sin una autoridad que vele por la justicia. Esto es lo que alarma a aquellos que se rehúsan a ser críticos con el Estado omnipresente.