En todo Estados Unidos, las familias están balanceando sus presupuestos e incluso saldando sus deudas. Desde el pánico financiero de 2008, la deuda privada ha caído a medida que los americanos se han ido apretando el cinturón y devolviendo sus préstamos. Por desgracia, algunos se tuvieron que declarar en bancarrota debido a que sus deudas se hicieron demasiado grandes. Pero Washington no se puede declarar en quiebra; en cambio, debe seguir el ejemplo de millones de americanos y reducir el gasto para vivir dentro de sus posibilidades.
Zero Dark Thirty, la largamente esperada película que relata cómo la CIA rastreó al cerebro de los atentados terroristas del 11 de septiembre, se estrenó el pasado fin de semana en Washington. La película, nominada a los premios Oscar, cubre más de una década, desde el derribo de las Torres Gemelas hasta la incursión contra el complejo de Osama bin Laden en Abbottabad, Pakistán.
Se esperaba que el presidente Obama hiciera una defensa del aumento del límite de la deuda en la rueda de prensa de ayer por la mañana. Toda esta situación viene a consecuencia de que los republicanos de la Cámara de Representantes han ido supuestamente sopesando la posibilidad de los “impagos” y del “bloqueo del gobierno”. Aunque es alentador que los conservadores se estén preparando para la lucha política, es importante que los responsables políticos y la opinión pública sigan teniendo perfectamente claros esos dos términos.