Cuando el presidente Obama se disponga a elaborar su agenda comercial para 2013, debería echar una mirada a las palabras de Ronald Reagan en busca de inspiración:
Cuando los gobiernos se involucran demasiado en el comercio, los costos económicos aumentan y se multiplican las disputas políticas, por lo que la paz se encuentra amenazada. En la década de 1930, un espectro espantoso acechaba al mundo: guerras comerciales y el proteccionismo y, finalmente, guerras reales y un sufrimiento y una pérdida de vidas sin precedentes.
El líder de la mayoría en el Senado Harry Reid (demócrata por Nevada) está tratando de asegurarse de que él personalmente tenga la última palabra sobre toda la legislación que se tramite. Y según el plan que se está considerando, solamente a otros tres senadores se les permitiría realizar alguna contribución significativa.
El golfista profesional Phil Mickelson, uno de los muchos, aunque cada vez menos, ricos que viven en California, parece que se anotó un bogey cuando la semana pasada dio a entender que puede que el tipo impositivo marginal cercano al 60%, que recae sobre los millonarios del estado, sea suficiente para hacer que huya hacia un estado con una menor presión fiscal.
La Cámara de Representantes votará hoy sobre una propuesta que dejaría el límite de la deuda en suspenso hasta el 19 de mayo, proporcionando un poco más de tiempo para el debate presupuestario general. Esto no hace otra cosa que postergar las difíciles decisiones necesarias para conseguir poner en orden la situación fiscal del país.
¿Recuerda la frase de la campaña electoral del presidente Obama de que “al-Qaeda está en desbandada”? Bien, pues la incursión terrorista en Bengasi, Libia, del pasado 11 de septiembre, le obligó a tener que tragarse esas palabras o al menos a tener que omitirlas durante el mes de octubre en su letanía de logros de cómo supuestamente había convertido el mundo en un lugar más seguro.