Dos fuerzas enfrentadas están en estos momentos luchando por el sistema educativo K-12 de Estados Unidos.
Una supone una iniciativa para inculcar la opción escolar en un sistema que lleva mucho tiempo estancado, facultando a los padres con la capacidad de enviar a sus hijos a la escuela que satisfaga sus necesidades de aprendizaje específicas. La otra es un empeño por centralizar aún más la educación mediante los Estándares Centrales Comunes y sus exámenes a nivel nacional.
“Lucharemos en las playas, lucharemos en los aeródromos, lucharemos en los campos y en las calles, lucharemos en las colinas; nunca nos rendiremos…”
Estas palabras no fueron utilizadas en ningún momento por el presidente Obama durante su discurso de ayer en la Universidad de la Defensa Nacional (NDU). Es más, no dijo nada que recordase al inmortal discurso de Winston Churchill sobre la resistencia ante el avance de la tiranía.
La inmigración legal puede traer importantes beneficios culturales y económicos a Estados Unidos y los inmigrantes. Los americanos viven y celebran acertadamente los valores de Estados Unidos, incluido el gobierno limitado, la libertad personal y la libre empresa y atraen a otros para que se nos unan. Estamos unidos por la fe en nuestros documentos fundacionales y nuestro credo de que todos los hombres son creados iguales. Como expresó Ronald Reagan, “Entre los inmigrantes que han enriquecido de este modo a Estados Unidos se incluyen personas de todas las razas, credos y orígenes étnicos”.